Carta envenenada
Quien diría que al conocerte ibas a dar vuelta mi mundo y hacerme perder el eje de ilusión.
Vos tan vos y yo tan yo.
Vos tan único y extravagante.
Yo tan envenenada por desearte porque no se puede, no puedo desearte, a vos no.
Entonces el deseo se convierte en rabia y robas por horas mi atención porque en mi mente siempre estas presente si no apareces en una historia , te recuerdo con alguna canción.
Creo que tu voz fue lo que me sedujo por completo. Si, si fue tu voz. O tal vez tus ojos. O tal vez tu cuerpo. O tal vez el conjunto de todo eso.
¿Qué tienen los fechazos que nos hacen perder el control por completo?
¿Qué efecto tiene la mediodía de una voz que nos puede embriagar tanto el corazón?
No puedo odiarte por desearte pero si me odio a mi misma por eso.
Me odio porque no puedo controlar todo lo que siento y cuando te veo quebras mi estructura en dos.
Me odio porque no sentis lo mismo y obvio que no.
Me odio porque no puedo sentir esto por alguien, por vos no.
Vos no pero vos también si.
De: Un corazón confundido.
Para: Alguien que nunca va a leer esta carta.
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